Andina

El cine coreano: más allá de Parásitos de Bong Joon-ho

País asiático tiene una potente industria fílmica gracias a impulsos que le brinda el Estado

Filmación de Parásitos de Bong Joon-ho

Filmación de Parásitos de Bong Joon-ho

11:03 | Lima, feb. 11.

La exitosa participación de la película Parásito, de Bong Joon-ho, ha despertado la curiosidad por la prolífica cinematografía de Corea del Sur.

Parásito, la aclamada película de Bong Joon-ho, es parte de una centenaria tradición en el sétimo arte hecho en este país asiático. Tanto así que ha cosechado más de un aficionado en estas latitudes.

Uno de ellos es el cineasta puneño Óscar Catacora. Él declaró a la Agencia de Noticias Andina que el cine hecho en esa parte del mundo le ha parecido siempre muy interesante, aunque Hollywood lo opacaba por su capacidad de distribución.

“La tecnología y las diversas plataformas permiten ahora que el cine de otras latitudes sea visibilizado”. 

Una buena forma para conocer el cine coreano, de acuerdo con Catacora, es, además de Parásitos, tres filmes de Bong: Madre, Memorias de un asesino y The Host.

Para Miguel Barreda, cineasta arequipeño, la cinematografía surcoreana está pasando por un gran momento debido a la diversidad de sus producciones y a la forma en que encaran conflictos sociales, políticos y coyunturales con metáforas contundentes y bien elaboradas.

“Su humor satírico, su manera de mostrar situaciones de violencia y su lenguaje cinematográfico ágil hacen que sus mensajes lleguen a un amplio público”, añadió. 

A los títulos recomendados por Catacora sumó Oldboy, de Park-Chan Wook, y su trilogía sobre la venganza; The Wailing de Na Hong-jin y el cine de Kim-Ki Duk, en especial Primavera, verano, otoño, invierno y otra vez primavera.

La crítica Leny Fernández también destacó la crítica social y la mezcla de géneros en el cine coreano actual. Recalcó el apoyo que recibe este del Estado.

“La visibilidad que le da el Óscar a Parásito permite conocer una industria que se ha consolidado por décadas”, aseguró a la agencia.

Puso como ejemplo la cuota de pantalla que ayudó a consolidar el cine de este país. Indicó que por el Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos, Corea del Sur ha tenido que buscar otras formas de apoyo a su industria, como las coproducciones con Japón, China y el país norteamericano.

Además de la obra de Bong, en especial The Host y Memorias de un asesino, recomienda Burning, de Lee Chang-dong –disponible en Netflix–, y The Yellow Sea, de Na Hong-jin.

Otro crítico que comentó el tema es Sebastián Zavala Khan, quien señaló que “una de las razones más potentes por las que el cine surcoreano está pasando por una “buena racha”, por así llamarla, está relacionada a la universalidad de las historias que está contando”.

Mencionó que los directores que en este momento están en boga se criaron en un contexto de censura a consecuencia del régimen dictatorial que tenía Corea del Sur hasta 1987.

“Los cineastas se criaron viendo las películas que querían a escondidas, y es precisamente la mezcla de tonos y géneros, con un alto contenido de comentario político y social, que se siente como una reacción a la situación en la que se veía el país en aquella época, lo que le otorga un estilo tan particular al cine surcoreano”, aseveró.

También recomienda ver las anteriores películas de Bong, como Snowpiercer, producida por Estados Unidos.

Otra recomendación es la trilogía de venganza que incluye Oldboy de Park Chan-Wook “sin confundir con el fallido remake de Spike Lee”, y los filmes de Hong Sang-Soo y Kim Jee-woon.

(FIN) ECG


Publicado: 11/2/2020