Por Luis IparraguirreNo es el hijo del viento, pero es el más rápido de Sudamérica. Ríe nervioso cuando lo llaman “el Bolt peruano” –en alusión al campeón mundial y olímpico Usain Bolt– y es que nadie le gana en los 100 planos en todo el Perú desde hace más de dos años.
Luis Angulo tiene solo 15 años y ya sabe lo que es elevar la bandera peruana en un torneo internacional: es el campeón vigente de Sudamérica en los 80 y 150 metros planos (títulos logrados en el último Sudamericano Escolar de Arequipa) y acaba de colgarse una medalla de oro en los Juegos Escolares 2019.
“Estoy muy satisfecho por todo lo que he conseguido. Sé que poco a poco las competencias se harán más duras, pero también sé que, con esfuerzo, todo se puede. El año pasado estaba en la categoría B, donde las pruebas de 100 metros se reducen a 80; y las de 200 metros, a 150. Ahora que estoy en categoría C, espero que mi buena suerte continúe”, afirma el plusmarquista.
Una rutina absorbente
Luis cursa el cuarto año de secundaria en Innova de Lima y representa a su colegio, desde los 14 años, en diversas pruebas nacionales e internacionales donde le ha tocado competir. Por ahora, dice que no tiene en claro qué es lo que desea estudiar cuando termine el colegio, “pero lo que sí sé es que no me quiero desligar del deporte”.
“Mi día empieza cuando voy a mi colegio, en el Cercado de Lima, desde las 7.30 de la mañana hasta las 3:00 de la tarde, después me voy al distrito de Barranco para entrenar de 4:00 a 8:00 y ya de noche regreso a mi casa para hacer las tareas”, comenta el campeón, sin una mueca de cansancio.
“Mis papás me dicen que está muy bien que esté entrenando y practicando el atletismo, ya que me aleja de cosas malas, y la verdad es que me apoyan en todo. Sin ellos no estaría aquí, disfrutando con lo que más me gusta que es correr”, menciona agradecido.
La presión sobre un campeón
Nuestro pequeño campeón ya siente la presión de saberse el mejor en su deporte. Sabe que por más que se esfuerce, siempre existe la posibilidad de perder. Y ese es su gran temor. Por ello, no evita mencionarlo para bajar él mismo la presión de sentir la necesidad de ganar siempre.
“Lo que siento cuando gano es que se me va un peso de encima ya que, como siempre me dicen que soy el mejor, siento que debo de ganar siempre. No creo que sea muy justo para nadie, ya que cualquiera que se esfuerce en sus entrenamientos puede ganar. Incluso alguien que no se creía que podía lograrlo, puede hacerlo".
Luis comenta que muchas veces ha tenido que dejar de salir con sus amigos, por una competencia cercana o por algún entrenamiento. Acostarse temprano mientras otros se divierten es uno de los sacrificios de un deportista. Pero, guiado por su temperamento distendido, no siente eso como un sacrificio.
“No creo que tenga mucho sacrificio, pero sí he tenido que dejar de salir varias veces por los entrenamientos. En mis ratos libres hago todo lo que un chico de mi edad hace: salgo con mis amigos, veo televisión y juego Minecraft en internet”, dice entre risas.
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(FIN) LIQ/CCH
Publicado: 24/9/2019