El consumo de sal, azúcar y grasas saturadas puede llegar a niveles críticos en una fiesta infantil y una consecuencia de ello es que, ese día, los niños no duermen, sino que se quedan despiertos hasta altas horas de la noche para seguir jugando.
Así lo advirtió la licenciada en nutrición Karen Calero Viera, de la Gerencia Central de Prestaciones de EsSalud, al recordar que casi todos los productos comestibles que se sirven en la mesa de los cumpleaños son procesados o ultraprocesados.
“Solo con consumir una tajada de torta y un vaso de gaseosa ya estamos sobrepasando la cantidad de azúcar que un niño debe consumir en todo el día", puntualizó en diálogo con la Agencia Andina.
Calero comentó que muchos padres no se dan cuenta de que están formando niños que a futuro pueden tener graves consecuencias en su salud por los malos hábitos alimenticios que practican.
"El azúcar no solo genera
sobrepeso y obesidad en los niños, sino que los vuelve hiperquinéticos o hiperactivos. Ellos no duermen porque quieren seguir jugando, y eso es lo que hace el azúcar: los mantiene despiertos”, aseguró.
Explicó que el principal conservante de estos productos es la sal y, para que tenga el sabor azucarado, se le coloca azúcar en altas cantidades. Y esto, obviamente, no es saludable para los niños.
Primero los adultos
Para formar un mejor hábito, señala la licenciada en nutrición, se deben realizar cambios desde los adultos, ya que son ellos quienes, llevados por sus costumbres familiares, llenan la mesa del cumpleaños con dulces y golosinas altas en grasas saturadas, sodio y azúcar.
“En nuestro país hay casos de niños de 7 o 10 años con diabetes tipo 2. Antes era improbable que un niño tuviera esos problemas, pero ahora ya es parte de la rutina médica, porque vemos con mucha frecuencia sobrepeso y obesidad en los menores. Y todo se basa en el mal ejemplo de los padres. Los niños comen lo que sus padres les enseñan”, resalta.
Ante esta realidad, EsSalud está promoviendo el consumo de alimentos saludables con formas y colores llamativos al ojo del niño. "El yogur con frutas confitadas, huevitos de codorniz, croquetas de sangrecita pueden ser una opción para estas actividades".
“Tenemos hábitos instaurados desde pequeños, y los cambios en la edad adulta son difíciles pero no imposibles, sobre todo si tenemos en cuenta que está en juego nuestra salud y la salud de nuestros hijos”, dijo Calero al invitar a la población a informarse mejor.
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(FIN) LIQ/RRC