La colocación de geomallas para prevenir el deslizamiento de rocas sobre los acantilados de la Costa Verde es solo un paliativo y una solución temporal, y no una medida de seguridad definitiva, sostuvo el sismólogo Julio Kuroiwa.
El ingeniero explicó que la colocación de mallas son solo una solución parcial, altamente costosa, que no disminuye los riesgos de desastre en caso se presente un sismo de gran magnitud.
Consideró más bien como una alternativa otorgar una concesión de 50 a 100 metros de acantilado a las empresas inmobiliarias que construyan allí edificios.
"Ellas pueden desarrollar soluciones geotécnicas definitivas como la construcción de andenes que pueden controlar el deslizamiento de las rocas. Todo lo que está por caerse se limpia, de manera que evitarían que los acantilados se derrumben y se construirían edificaciones seguras sobre ellos", comentó a la Agencia Andina.
Actualmente existen nueve puntos críticos en la Costa Verde, en donde el deslizamiento de tierra y piedras es usual. Un sismo podría provocar la caída de grandes rocas y afectar la vida de miles de bañistas.
Estos lugares son: Punta Roquitas, Makaha, Redondo, La Estrella, Las Cascadas, Los Pavos, Los Yuyos, Las Sombrillas y Agua Dulce.
(FIN) SMS/RRC
JRA
Publicado: 28/2/2016