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Cajamarca: conoce la escuela taller San Antonio que capacita a jóvenes de escasos recursos

Estudiantes aprenden oficios para la recuperación del patrimonio histórico

Conoce la escuela taller San Antonio de Cajamarca que forma a jóvenes de escasos recursos.

Conoce la escuela taller San Antonio de Cajamarca que forma a jóvenes de escasos recursos.

01:00 | Cajamarca, dic. 3.

Alrededor de 500 jóvenes, que viven en situación de pobreza y pobreza extrema en Cajamarca, son los beneficiados de la Escuela Taller San Antonio, que desde su creación en 2017 ha capacitado a estudiantes con carreras técnicas gratuitas orientadas a la recuperación y conservación del patrimonio histórico y cultural de esa región.

El importante trabajo que realiza esta escuela taller, que se creó gracias a un convenio entre la Municipalidad Provincial de Cajamarca y la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (Aecid), logró un reconocimiento este año por instituciones nacionales e internacionales debido a su enfoque en la formación de jóvenes (hombres y mujeres) de escasos recursos económicos, brindándoles carreras técnicas gratuitas de 2 años.

En octubre pasado, la Organización de Regiones Unidas (ORU Fogar) y el Programa de Desarrollo de Naciones Unidas (PNUD) otorgaron el premio Buenas Practicas Regionales por el desarrollo e inclusión social de jóvenes en situación de pobreza a través de la identidad y el patrimonio cultural; y recientemente obtuvo el reconocimiento de Buenas Prácticas en Gestión Pública, en la categoría Promoción de la Cultura e Identidad – Patrimonio, Desarrollo e Inclusión Social, otorgado por Ciudadanos al Día (CAD).


La institución educativa forma parte de la Red de Escuelas Taller de Latinoamérica y El Caribe constituida por 52 escuelas en 13 países, y actualmente Cajamarca posee la representación y coordinación de la secretaria técnica; además, cuenta con el reconocimiento de la Organización Internacional para las Migraciones, Organización de Estados Iberoamericanos, Banco de Desarrollo de América Latina (CAF), World Monuments Fund, Comunidades Autónomas Españolas, entre otras organizaciones.

San Antonio se ha constituido en un Centro de Educación Técnico Productiva (Cetpro) con formación técnica para jóvenes de sectores vulnerables de 16 a 30 años que reciben enseñanza en siete especialidades: restauración de elementos arquitectónicos, intervenciones arqueológicas, carpintería en madera, carpintería metálica y forja, construcción civil, jardinería y floricultura, y cocina; planteando una estrategia de inclusión de género, contribuyendo a la inclusión social a través del empleo digno y la mejora de la calidad de vida de muchas familias.

Los cursos se desarrollan mediante la metodología “Aprender haciendo” donde los estudiantes realizan prácticas en escenarios reales, obras de servicio público de utilidad para la comunidad, fomentando el desarrollo humano, el entorno familiar y de confianza a través de la implementación y apoyo psicológico, fomento de capacidades artísticas, emprendimiento y espacios de convivencia; se capacita en oficios vinculados a la conservación del patrimonio cultural y servicios asociados.

Los estudiantes de la escuela San Antonio participan en uno de los proyectos emblemáticos: la restauración de la Casona Toribio Casanova, prócer de la creación del departamento de Cajamarca; también en el proyecto arqueológico Caxamarca, liderado por la arqueóloga Solsiré Cusicanqui y la Universidad de Harvard; el proyecto de intervención urbano patrimonial del Cuarto del Rescate y su entorno, un monumento ícono de la historia y del nacimiento del mestizaje en el Perú.

Contribuye, además, en la conservación del medioambiente con campañas de limpieza, preparación de compost, tratamiento de patologías y reforestación; apoya sosteniblemente al plan de gestión y su implementación en la zona monumental; crea un modelo de gestión del patrimonio que responde a la historia y cultura del territorio; promueve la participación activa de la población en la conservación del patrimonio, garantizando la sostenibilidad cultural de la ciudad.


En su programa de enseñanza, la escuela taller también dicta cursos cortos de 2 a 4 meses dirigido al público en general, cursos como confección y ejecución de clarín cajamarquino, música cajamarquina en guitarra y violín, artesanía en madera y arcilla, artes textiles, confección de máscaras tradicionales (carnaval), servicios hoteleros, cursos temáticos de navidad y carnaval, jardinería ornamental, entre otros.

La institución educativa cuenta con aliados estratégicos como el Ministerio de Cultura, Ministerio de la Mujer y Poblaciones Vulnerables, Ministerio Desarrollo e Inclusión Social, Ministerio de Trabajo y Promoción del Empleo, y la Dirección Regional de Educación Cajamarca.

Inserción laboral


Sandra Cerna Merino, directora de la Escuela Taller San Antonio, dijo a la Agencia Andina que su institución otorga beca integral a los jóvenes de sectores vulnerables que no tengan acceso a otro tipo de educación y puedan estudiar carreras técnicas de dos años, reconocidas por la Dirección Regional de Educación Cajamarca; además proporcionan el uniforme y equipos de protección personal (EPP) para el proceso de aprendizaje de los estudiantes. “Nuestra labor está orientada a formar oficios vinculados al patrimonio cultural material o inmaterial, buscando la inserción laboral de los jóvenes, la reducción de brechas de pobreza y la inclusión de género”.


Sostuvo que la alianza entre la municipalidad de Cajamarca y Aecid es por 6 años para el funcionamiento de la escuela y después de ese tiempo probablemente se renueve el vínculo por la cantidad de logros y metas que está teniendo la institución debido a la buena capacitación; y adelantó que en noviembre del próximo año se tiene programado organizar en Cajamarca el encuentro de escuelas taller de américa latina con la participación de 52 escuelas de 13 países.

Varios alumnos han iniciado emprendimientos de negocio propio, han formado asociaciones culturales y han participado en concursos para acceder a capital semilla organizado por instituciones públicas y privadas; también han sido beneficiados con la elaboración de proyectos culturales y el programa Turismo Emprende. “Nosotros fomentamos los emprendimientos para la inserción laboral. Muchos jóvenes venían trabajando en Cajamarca y otras ciudades, pero han dejado de hacerlo por la pandemia”, acotó.

La próxima convocatoria para ingresar a la escuela será en marzo del 2021. Son 20 vacantes por cada especialidad, un total de 140 acceden cada año y estudian bajo la modalidad presencial o semipresencial, cinco módulos por cada carrera.

En cuanto a los cursos cortos, Cerna Merino indicó que han capacitado a 1,800 personas en este tiempo, cursos orientados a protocolos covid para agencias de viaje, restaurantes, biohuertos en casa, cocina, pisocología, entre otros temas importantes para coadyuvar en el tema de la pandemia.

Por último, mencionó que promueven un programa denominado “Aulas abiertas rumbo al Bicentenario” que consiste en realizar ponencias virtual con investigadores que abordan temas relacionados a la historia de Cajamarca y los logros posterior a la independencia del Perú.

Cultivo de rosas


Rosa Berrocal Saldaña (26) egresó el año pasado de la escuela en la especialidad de jardinería y floricultura. Ella trabaja en una empresa dedicada al cultivo de rosas, ubicada a 5 kilómetros de esta ciudad. “Es un curso nuevo en Cajamarca y es una gran oportunidad que brinda la escuela San Antonio a los jóvenes para poder estudiar de manera gratuita con especialistas”, expresó.

Resaltó que el curso es más práctico: “aprender haciendo”, conociendo diversos lugares, aprendiendo en el campo con personas especializadas. “La parte teórica la realizamos en la casona Espinach y la práctica en viveros”.

Su objetivo es seguir explorando esta rama y asegura que existe demanda laboral porque se trata de un campo amplio relacionado a la jardinería y floricultura.

Negocio propio


Johana Carranza Ríos (25) es estudiante de cocina y tiene pensado incursionar en repostería, tener su negocio propio. “Fue difícil ingresar a la escuela por la gran demanda que tiene el curso de cocina. Recién pude entrar el año pasado y estoy aprendiendo muchas cosas que me servirán para tener mi negocio propio”, indicó.

La estudiante me mostró contenta y agradecida por la oportunidad que brinda la escuela San Antonio con la enseñanza de los cheff, que le ha permitido participar en diversos concursos, el más reciente el festival gastronómico por la semana del mestizaje en noviembre pasado.

La relación con la cocina la heredó de su abuela que se encargaba de preparar exquisitos potajes, pero Johana se inclinó por la repostería y desde el colegio se dedica a la venta de chocotejas y ahora lo hace por internet.

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(FIN) ELJ/MAO

Publicado: 3/12/2020