El Gobierno de Estados Unidos "condena enérgicamente" el golpe de estado en Mali y reclama la liberación y la protección de los funcionarios gubernamentales y sus familiares, y el restablecimiento del orden constitucional, afirmó este miércoles el secretario de Estado, Michael Pompeo.
EE. UU. condena "el amotinamiento del 18 de agosto tal como condenaríamos cualquier toma del poder por la fuerza", señaló el funcionario en un comunicado. "Nos sumamos a la Comunidad Económica de Estados de África del Oeste y a la Unión Africana, así como a otros socios internacionales, en la denuncia de estas acciones", agregó Pompeo.
El secretario de Estado insistió en que se garantice "la libertad y seguridad de los funcionarios gubernamentales detenidos y sus familias", y exhortó a "todos los sectores políticos y militares a trabajar para el restablecimiento del gobierno constitucional" a través de un diálogo pacífico y con respeto a los derechos de los malienses.
Los militares, que tomaron el poder el martes tras disolver la Asamblea Nacional, forzaron la renuncia del presidente Ibrahim Boubacar Keita (IBK) y de su Gobierno y crearon un "Comité Nacional para la Salvación del Pueblo".
Se cree que los miembros del Gobierno están en manos de los militares golpistas, pero hasta ahora solo el presidente Boubacar Keita ha aparecido en público para leer una carta de dimisión con el fin, dijo, de "evitar todo derramamiento de sangre".
Los militares decretaron el toque de queda nocturno y el cierre de las fronteras aéreas y terrestres del país "hasta nueva orden", aunque este cierre ya había sido anunciado horas antes por los países vecinos, agrupados junto con Mali en la Comunidad Económica de Estados de África del Oeste (CEDEAO).
La CEDEAO emitió anoche un comunicado en el que suspendía la participación de Mali en todos sus órganos de decisión, pedía a sus miembros que adoptara sanciones contra los golpistas y solicitaba la "activación de la fuerza de la CEDEAO", amenaza velada de una intervención militar.
Este es el cuarto golpe de estado en la corta historia de Mali, independizado de Francia en 1960, pues los militares se han amotinado y hecho con el poder en 1968, 1991 y 2012, siendo este último golpe el que abrió las puertas del país a los grupos yihadistas, una de las mayores amenazas actuales.
El golpe, pese a la condena internacional, contó en sus primeras horas con un gran apoyo popular, a juzgar por las escenas festivas observadas en las calles de Bamako y los aplausos que las muchedumbres dedicaban a los convoyes militares, y hoy el coronel Assimi Goita fue designado por los golpistas presidente del Comité Nacional para la Salvación del Pueblo (CNSP).
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