El uso inadecuado de lentes de contacto puede derivar en alergias, inflamaciones e infecciones, de las cuales, la más conocida es la queratitis o afección de la córnea de la córnea, producida por el mal uso o por no tener una buena higiene o a la mala adaptación.
El contactólogo Edward Carmona dijo que si toda la tecnología que ofrecen las grandes empresas de lentes de contacto, no es manejada por especialistas capacitados, esto puede generar serios problemas oculares.
La tecnología de los lentes de contacto ha evolucionado de manera increíble en los últimos 10 años, dijo el especialista de Oftalmosalud.
Actualmente, se elaboran con tecnología de vanguardia haciendo que cada lente sea personalizado de acuerdo con las necesidades visuales y anatómicas de cada ojo.
"Existen un sin numero de diseños y materiales para los lentes de contacto, lo cual hace que los fabricantes compitan para dar a los especialistas las mejores herramientas para la corrección de problemas visuales como la miopía, hipermetropía, astigmatismo y presbicia, donde la adaptación de lentes de contacto blandos son la primera opción como tratamiento", señaló.
Anotó que los tipos de lentes de contacto blandos que existen, como los esféricos, sirven para corregir la miopía o hipermetropía, mientras que los tóricos están diseñados para corregir astigmatismos que pueden estar acompañados de miopía o hipermetropía. También existen los multifocales, para
aquellos pacientes que después de cumplir los 40 años sufren de presbicia.
Además, existe una gama de lentes personalizados para personas que pueden padecer algún problema corneal como el queratocono y que deben usar lentes rígidos al gas permeables, o lo último en tecnología a nivel mundial que son los lentes esclerales.
El galeno recordó que es necesario realizar un examen exhaustivo para garantizar el éxito de una adaptación de lentes de contacto y que hay que tener en cuenta que no solo es importante la medida, sino la condición ocular de cada ojo, por lo cual se toma en cuenta la forma de la córnea, mediante un instrumento que se llama topógrafo, que mide el tamaño de la lagrima y todos los anexos oculares.
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(FIN) NDP/ART
Publicado: 8/12/2019