El Museo de Historia Natural de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos reabrió sus puertas al público después de dos años. Además de sus diversas salas de exhibición, este imponente recinto alberga las colecciones científicas más importantes del país.
Pero donde grandes y chicos quedan boquiabiertos es en la zona dedicada a los dinosaurios que poblaron nuestro territorio millones de años atrás, como el Titanosaurio, que era charapa y vivía en Bagua, Amazonas.
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Museo de Historia Natural (MHN) de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos reabrió sus puertas al público a fines de febrero con sus diversas salas dedicadas a los mamíferos, murciélagos (disecados, apuntemos), restos paleontológicos, dinosaurios, invertebrados, minerales, entre otros.
El director del MHN, doctor Niels Valencia, recuerda que para los profesores y el personal administrativo fue un desafío poner el museo nuevamente en funcionamiento.
Durante los dos primeros años de la pandemia, cuando estuvo cerrado el recinto, los investigadores daban mantenimiento a las colecciones científicas que atesora el museo sanmarquino.
Luego, hace cuatro meses, empezaron el proceso de la limpieza profunda para volver a poner a tono las exhibiciones y los jardines con un pequeño equipo de voluntarios.
Lo novedoso
Ahora la mayoría de los espacios están acondicionados para recibir a los visitantes. Solo una sala no ha sido reabierta al público y continúa en mantenimiento.
Para este relanzamiento el museo buscó algo que llame la atención al público; es así que el Departamento de Paleontología ha montado en la sala de exposiciones temporales el fósil del cráneo y la mandíbula recuperados de lo que fue el Basilosaruio de Ocucaje (región Ica), peruano de 36 millones de años. Este mes, el MHN ya empezó a recibir grupos de alumnos y profesores.
Investigación hoy
En el histórico museo limeño trabajan alrededor de 25 investigadores, que son también docentes de la UNMSM, además de tesistas e investigadores que llegan de distintas partes del Perú. Los primeros están a cargo de las colecciones científicas, que son consideradas las más importantes del país.
En estas “bibliotecas de la vida” se registran más de un millón 835,822 ejemplares biológicos de la historia natural del Perú.
“Es un gran patrimonio que debemos salvaguardar. Lo que tenemos acá demanda ser salvado a perpetuidad, no podemos dejar que se malogre ninguno; y los científicos de acá son muy apasionados en sus trabajos: todo lo que se consigue es por esfuerzo y gestión”, explica el doctor Niels Valencia.
El herbario
La bióloga observa bajo el microscopio una pequeñísima parte de un Tragus alienus, que Antonio Raimondi recogió en Castas, en 1895. Ella compara si los pastos altos que el sabio italiano catalogó son los mismos que se tienen hoy con ese nombre.
“El herbario de San Marcos es el más grande del Perú y uno de los más grandes de América Latina. Tiene más de 600,000 plantas, entre ellas está el material histórico de las muestras que recolectaron Raimondi y otros investigadores”, explica el botánico Asunción Cano, encargado del herbario.
Una de sus funciones es que sirve de patrón de comparación con las mismas especies en la actualidad. Estas muestras son guardadas a una temperatura adecuada y cumpliendo las normas internacionales, las muestras se salvaguardan en cartulinas libres de ácido. Así se cuida el patrimonio natural de los peruanos y de la humanidad.