La calidad de los alimentos que se consumen también influye en la salud mental. Las personas que comen sano tienen mayor beneficio en su bienestar emocional y quienes se inclinan por comidas chatarras tienen alto riesgo de sufrir depresión, ansiedad y estrés.
Así lo señaló la licenciada en nutrición Maribel Reyna, jefa del Servicio de Nutrición del Instituto Nacional de Salud Mental (INSM), al explicar que el cerebro requiere de nutrientes para generar energía y neurotransmisores que permitan el control de las emociones, así como regular el apetito y el sueño.
Por ello, una alimentación saludable rica en frutas y verduras, cereales frescos, omega 3 y antioxidantes no solo contribuye a la salud física, sino que conlleva a un mejor estado de ánimo y autoestima que tanto se necesita en medio de la pandemia por covid-19.
Reyna advirtió que, por lo general, las personas con depresión, ansiedad o estrés presentan la carencia del triptófano, un aminoácido que aumenta los niveles de serotonina en el cerebro, es decir brinda sensación de relajación y tranquilidad. Este aminoácido se encuentra en la leche, queso, carne magra; pescado, huevos, plátano y menestras.
No obstante, resaltó que los alimentos por sí solos no curan la depresión, ansiedad o estrés, pero promueven el bienestar mental.
Comida dañina
La nutricionista explicó que el consumo excesivo de azúcares, carnes procesadas, grasas saturadas y trans, así como harinas refinadas presentes en las comidas chatarras eleva el colesterol, incrementa el riesgo de depresión, ansiedad y estrés.
Es dañino también para los niños porque puede generar irritabilidad, hiperactividad infantil e incluso problemas en los estudios.
Precisó que la comida de mala calidad es pobre en nutrientes esenciales que necesita el cerebro y no apoya al correcto funcionamiento de las neuronas. Altera la química cerebral, por lo que disminuye la capacidad de concentración, memoria y aprendizaje; además puede desestabilizar el nivel de azúcar en la sangre, lo que recaería en cuadros depresivos y ansiedad.
¿Qué comer?
Maribel Reyna sostuvo que para reforzar el cerebro y la memoria es recomendable consumir alimentos que aportan vitaminas del complejo B, los que se encuentra en vegetales de hoja verde, ajo, plátano, menestras; yema de huevo y de las proteínas del hígado.
Asimismo, los alimentos probióticos como el yogur contienen microorganismos que regeneran la flora intestinal. “Según estudios se ha descubierto que cuando la microbiota, la flora del intestino, se altera influye en el estado de ánimo”, subrayó.
Para las defensas del organismo y para generar neurotransmisores de bienestar y felicidad se puede consumir a diario antioxidantes como la vitamina C presente en la naranja, fresa, tomate y camu camu; y la vitamina E, presente en la aceituna y la palta.
Otros alimentos para dar energía al cerebro son los carbohidratos naturales como los cereales: arroz, avena y quinua; o los tubérculos como la papa, camote o yuca. También minerales como el magnesio, que se encuentra en la avena, cereales integrales y nueces; el zinc, presente en las carnes y menestras; y el selenio, que también está en cereales integrales, frutos secos (almendras, pecanas, nueces), pescados y lácteos.
“Es clave incluir en el consumo diario los ácidos grasos como el omega 3 (grasas saludables), que lo hallamos en pescados azules, semillas (linaza, chía), frutos secos, entre otros”, agregó.
Subrayó que si bien estos alimentos deben incluirse en nuestra alimentación por sus múltiples beneficios para la salud mental, no debemos olvidar que es importante consumirlos en las cantidades adecuadas y en compañía de frutas, verduras, agua y ejercicio diario.
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(FIN) NDP/RRC