La vigorexia es un trastorno mental que aparece cuando los varones realizan ejercicios que solo buscan aumentar su masa muscular, debido a que se sienten delgados a pesar del aumento de peso.
De acuerdo con el nutricionista Jean Carlos Sulca, esta falsa percepción los impulsa a pasar por lo menos cinco horas diarias en el gimnasio, así como aplicarse hormonas, esteroides o anabólicos.
Pero además aumentan el consumo de pollo, de camote, de papa y hasta llegan a comer 20 claras de huevo al día, con el fin de aumentar la masa muscular.
“Se inyectan testosterona o anabólicos porque se ven flacos a pesar de estar musculosos. Son hombres jóvenes que tienen entre 18 y 25 años en su mayoría”, comentó el experto a la Agencia Andina.
Agregó que cuando alguien que acude al gimnasio y aumenta los alimentos calóricos y proteínicos de origen animal, además de camote, papa y huevos, es una señal clara de la presencia de este desorden alimenticio.
Recuperación
Los problemas alimenticios que genera la vigorexia empiezan a ser detectados por las familias cuando la persona afectada prefiere ir al gimnasio en vez de acudir a trabajar, o cuando solo busca comida sancochada y altera su vida cotidiana como con cualquier adicción.
La consulta con un psicólogo es la primera recomendación que hace Sulca, pues -dijo- para iniciar el tratamiento es necesario que el joven admita que tiene un trastorno alimenticio.
“La frecuencia de ejercicios tiene que reducirse a una hora al día, lo que es suficiente, y la carga proteínica también para descartar la presencia de ácido úrico”, señaló el especialista de Lab Nutrition.
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(FIN) SMS/RRC