Cincuenta y ocho días antes de la declaración de la Independencia del Perú y tres años antes de las célebres victorias patriotas en Junín y Ayacucho que sellaron la emancipación de nuestro país y de Sudamérica del yugo colonial español, tuvo lugar otra gesta militar cuyo éxito resultó fundamental en este proceso de liberación. ¿De qué episodio bélico se trata y dónde ocurrió?, ¿Qué representa para el Perú y para la identidad de quienes intervinieron en esa memorable victoria?
El 6 de junio de 1821 aconteció la batalla de Higos Urco, en la que un contingente militar conformado íntegramente por patriotas peruanos, nacidos en lo que es actualmente la provincia de Chachapoyas y también procedentes de Trujillo y de Cajamarca, se enfrentó y venció con singular valor y sacrificio al poderoso y experimentado ejército realista movilizado desde la ciudad de Moyobamba, capital de la Comandancia General de Maynas, que recibió las órdenes de apagar la creciente la flama independentista que ardía en el nororiente del entonces virreinato del Perú.
El escenario de esta colisión de fuerzas armadas fue la zona conocida como Pampa de Higos Urco, ubicada a casi 97 kilómetros al este de la ciudad de Chachapoyas, capital del actual departamento de Amazonas y que en aquella época era el partido o provincia de Chachapoyas, perteneciente a la Intendencia de Trujillo.
La historia refiere que luego de la proclamación de la independencia de la Intendencia de Trujillo, el 29 de diciembre de 1820, se extendieron dichas proclamas de emancipación del poder virreinal español por todo el norte peruano.
Chachapoyas formaba entonces parte de la Intendencia de Trujillo y también se sumó a la causa libertaria, por lo que proclamó su independencia quince días después, el 14 de enero de 1821.
Poco antes de ser depuesto de su cargo, el virrey Joaquín de la Pezuela encargó al coronel Mariano de Castro y Taboada, gobernador político y militar, restablecer el orden colonial en Chachapoyas, Cajamarca y Huamachuco, movilizando el ejército realista hacia esas provincias.
Enterado de esta movilización de las huestes virreinales, el marqués José Bernardo de Tagle recibió una disposición del Ejército Libertador comandado por el general José de San Martín y destacó hacia Chachapoyas una división del ejército patriota al mando del coronel Juan Valdivieso.
Enarbolando su patriotismo, jóvenes chachapoyanos, trujillanos y cajamarquinos se movilizaron para sumarse al ejército patriota y enfrentar a las fuerzas realistas que los superaban en número y experiencia en combate.
Ambas fuerzas se encontraron en la Pampa de Higos Urco, que se convirtió en el escenario de la célebre batalla que duró más de 10 horas, en la que hombres y también mujeres de esa provincia amazonense demostraron su valor y compromiso con la causa patriótica.
En su parte oficial de la batalla, el coronel Juan Valdivieso escribió que el orden y la superioridad del enemigo no fue capaz de desdoblar, ni por un instante, a los bravos expedicionarios patriotas. En un momento decisivo del enfrentamiento irrumpieron pobladores chachapoyanos y provocaron el retroceso de los soldados realistas que, finalmente, fueron derrotados.
El coronel Valdivieso destacó en especial el valor de las mujeres chachapoyanas, quienes “prestaron servicios de importancia y civismo, hasta el extremo de manejar el arma de fuego y la honda, cual unas verdaderas matronas que defienden sus sacrosantos derechos…”.
Entre las heroínas de la batalla de Higos Urco figura Matiaza Rimachi, quien junto a otras muchas valientes pobladoras y pobladores de Chachapoyas contribuyeron decisivamente a la victoria.
Trascendencia de la batalla de Higos Urco
Según el historiador militar, coronel del Ejército peruano en situación de retiro, Jorge E. Valdez Rodríguez, autor de los libros “La batalla de Higos Urco” (2010) y “Batalla de Higos Urco, visión al Bicentenario 2021. Nuevas perspectivas para comprender la independencia del Perú” (2015), la victoria lograda por los patriotas en la batalla de Higos Urco, que aniquiló a las fuerzas realistas provenientes de Moyobamba, evitó que el virrey ponga en ejecución el plan trazado por él y sus generales de cercar y aniquilar al Ejército Libertador en la ciudad de Huaura, puesto de comando del general José de San Martín.
“La victoria de la batalla de Higos Urco, primera y única acción militar producida en la Intendencia de Trujillo y el norte del Perú, le da al libertador San Martín la confianza y libertad de acción para decidirse a ingresar y tomar Lima ante el retiro del virrey a la sierra y así proclamar la independencia del Perú, el 28 de julio de 1821”, sostiene.
Agrega que esto fue posible por el hecho de tener a todo el norte del virreinato peruano bajo la autoridad patriota, lo que le permitió al libertador continuar con sus planes estratégicos, dado que con la victoria en Higos Urco se liberó el norte, nororiente y oriente del Perú de toda presencia política y militar realista y se apoyó abiertamente en recursos humanos y materiales al Ejército Libertador de San Martín y posteriormente al Ejército de Bolívar hasta el final del proceso independentista que culminó en 1824 con las batallas de Junín y Ayacucho.
Afirma que la victoria de la batalla de Higos Urco permite al libertador José de San Martín apoyar militarmente al general Antonio José de Sucre, quien tenía serias dificultades para derrotar a las tropas realistas en Quito y Guayaquil y con ello peligraba la independencia de Venezuela, de Colombia y representaba una constante amenaza al norte peruano recién liberado.
Al consolidar la libertad del norte peruano y considerar que la presencia militar realista era nula en esta parte del territorio peruano, el libertador San Martín envió desde Trujillo una expedición militar auxiliar a Quito, en la que participaron 230 chachapoyanos, victoriosos en la Pampa de Higos Urco, quienes integraron el batallón “Cazadores de Piura N° 4”.
Este batallón, junto al batallón “Trujillo N° 2” iniciaron las acciones en la batalla de Pichincha, el 24 de mayo de 1822, derrotando a los realistas y dando la libertad plena a Quito y Guayaquil, consolidando la independencia de Venezuela, Panamá, Colombia y lo que es hoy Ecuador; es decir, todo el norte de América del Sur.
Los sobrevivientes de estos bravos chachapoyanos, sumados a nuevos contingentes que posteriormente se enviaron desde Chachapoyas, se batieron victoriosos en las batallas de Junín y Ayacucho en 1824, contribuyendo con su sangre a la libertad definitiva de Sudamérica.
Importancia para la identidad amazonense
La victoria patriota en la batalla de Higos Urco representa el aporte más valioso de la población chachapoyana y amazonense a la gesta independentista del Perú, demostrado desde su apoyo pleno a la causa emancipadora, la proclamación de la independencia de la provincia de Chachapoyas el 14 de enero de 1821, y protagonizando el rotundo éxito militar en la Pampa de Higos Urco con un singular arrojo y valentía que son legado de orgullo e identidad para las sucesivas generaciones de amazonenses.
Además, como lo ha precisado el historiador militar, coronel EP (r), Jorge E. Valdez Rodríguez, la presencia de patriotas chachapoyanos no culminó con la gesta en la Pampa de Higos Urco, sino que se prolongó en otros episodios notables e históricos que contribuyeron a consolidar la independencia del Perú y de Sudamérica.
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