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Hugo Coya sigue revelando hechos no conocidos de peruanos en la Segunda Guerra Mundial

Recientemente se lanzó edición ampliada de Estación final

ANDINA/Difusión

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08:02 | Lima, nov. 30.

Hugo Coya sigue revelando pasajes no conocidos de los peruanos durante la Segunda Guerra Mundial. Ha contado varias veces que Estación final, su libro más conocido, empezó por una curiosidad muy propia de su profesión de periodista cuando visitó el campo de concentración de Auschwitz. “¿Algún peruano habrá muerto aquí?”

Esa vena de comunicador le llevó a que, hace un poco más de una década, publicara la primera edición de este libro y que difundiera la historia oculta de los compatriotas que sufrieron el horror nazi.

En estos días se ha lanzado una edición ampliada de ese clásico contemporáneo, Estación final. “Ya no es un best seller, sino un long seller”, afirma el periodista al diario oficial El Peruano.

Manifestó que la mayor satisfacción que le ha dado este trabajo fue que se conocieran en sus lugares de origen varios personajes que tuvieron una vida digna incluso en la adversidad.

Por ejemplo, hace poco, las autoridades de Cañete bautizaron una calle de la localidad con el nombre de Héctor David Levy. Coya cuenta que los funcionarios se enteraron por Estación final que Levy, paisano suyo, había estado en Auschwitz.

“A él lo asesinaron los nazis por pedir agua para sus compañeros de celda”, relata Coya.

Levy nació en Cañete en la época en que la actividad agrícola lo abarcaba casi todo. Es por eso que la calle en la que se encontraba su casa no tuvo nombre hasta hace unas semanas.

Pero ese no es el único reconocimiento que ha logrado la obra de Coya para los peruanos fallecidos en campos de concentración. También está Magdalena Truel –conocida también como Madeleine– quien participara en la resistencia francesa. Dentro de poco, en el parque Isaac Rabin, habrá un monumento dedicado a ella.

En esta edición añade las historias de la arequipeña Isabel Zuzunaga y del diplomático José María Barreto.

Ella acogió en su hogar en Francia a un niño judío. Este, años después de haber regresado con su familia, regresó a Francia en su búsqueda y la encontró. Ella está incluida en la lista Justo entre las naciones, distinción que da Israel.

El de Barreto, también reconocido por Israel, es un caso parecido al relatado en La lista de Schlinder. Siendo cónsul peruano en Berna, otorgó visas a judíos que querían huir del Holocausto. Lastimosamente para él, su comportamiento iba en contra de las normas dadas desde Lima por funcionarios y políticos cuyos nombres no merecen ser recordados.

Fue expulsado del servicio diplomático y pasó penurias. Pero hace poco la Cancillería lo ha reivindicado por su sacrificio.

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Publicado: 30/11/2021