Andina

Año Nuevo: ¿Recuerdas cómo se celebraba en Perú el siglo pasado?

Un vistazo a las costumbres peruanas de antaño

ANDINA/archivo

ANDINA/archivo

10:49 | Lima, dic. 30.

Por Luis Iparraguirre

A pocos días de culminar la segunda década del siglo XXI, podemos repasar las costumbres que tenían los limeños del siglo pasado y, por qué no, admirar las curiosidades en el festejo de este día tan especial en otros países y culturas. Pero, ¿desde cuándo se celebra el año nuevo?

El año, tal como lo conocemos, fue instaurado por el Papa Gregorio XIII en el año 1582 y se asume como tal en casi todos los países del orbe. Desde esa época, las celebraciones por la despedida del año viejo y la bienvenida del año nuevo son materia de júbilo y festejo en todo el mundo.

Es en ese marco que cada cultura añadió sus propios matices a la celebración y, como era de esperarse, también trajo consigo deseos de bienestar (salud, dinero y amor), acompañados por una fuerte dosis de creencias religiosas y supersticiones que marcan la personalidad de cada país.

Vea aquí la galería fotográfica

¿Cómo se celebraba en el Perú? 


Antes del smartphone o el whatsapp, el contacto con la familia, amigos y vecinos era más directo, con un fuerte abrazo, muy diferente el frío saludo digital. 

Año Nuevo

No habían fotos publicadas en facebook, lo que existía eran las colas interminables en las cabinas de teléfonos públicos para llamar a alguna provincia de nuestro Perú y saludar a la mamá y al papá que, quizá, se encontraban lejos de los sueños capitalinos. 

Los muñecos que se quemaban a la medianoche no se compraban en Mesa Redonda, se hacían con la ropa vieja del año que acababa de terminar, y su relleno era de aserrín, trapos viejos y una increíble cantidad de cohetones, mientras que la cabeza, en muchos casos, era la caja vacía de un panetón.

Año Nuevo

Las doce uvas, costumbre traída de España tras la conquista del imperio incaico, se seguían comiendo hasta finales del siglo XX, lo mismo que el arroz en la puerta de la casa para atraer el matrimonio con la persona amada y, en los trabajos, el juego del "amigo secreto" se resumía a una generosa cantidad de cervezas en el bar más cercano.

También era común ver la lluvia de papeles lanzados al viento desde los últimos pisos de las entidades gubernamentales. Niños jugando con millares de papel bond que contenían documentos que ya no tenían ninguna validez. Lo mismo que los pobres trabajadores de limpieza de la Municipalidad de Lima, quienes cargaban todo el desmonte de licitaciones, hojas de asistencias, cálculos, planillas y demás documentos estatales cuya importancia terminaba con el final del año viejo.

Año Nuevo

Las fiestas por el Año Nuevo se celebraban en populares locales que ahora carecen de la misma popularidad y, en muchos casos, ya no existen, como El Bertoloto, El Salonazo, La Maquina del Sabor... los menos favorecidos hacían la clásica "chancha" para comprar un trago sencillo y, al sonido del famoso estribillo de "yo te estimo", continuaban la celebración hasta la llegada de los primeros rayos del sol.

La ropa amarilla era una prenda que se tenía que respetar hasta en las partes más íntimas. Las inmensas colas en las panaderías para hornear el pavo o el lechón que antes fue condimentado con las recetas ocultas de la abuela o, si no se tenía dinero, pues el pollo a la brasa siempre era bien recibido para despedir el año.

Año Nuevo

Los viajes familiares, los campamentos con los amigos de siempre, la visita obligada a la playa el 1 de enero con su respectivo ceviche mixto, los primeras bocanadas de licor de los adolescentes, aprovechando que los padres estaban distraídos siendo felices, son parte del recuerdo mancomunado. Un tiempo que, al parecer, aún persiste. 

Y en esas épocas en que los hijos, padres o hermanos empezaron a marcharse del país en busca de los sueños avivados por la crisis económica, las fiestas de Año Nuevo dejaron en muchas familias, más tristezas que alegrías. En muchos, muchísimos hogares, siempre hubo alguien fuera del Perú.

Muchos esperaban la remesa del familiar ausente, o acudían a otros lugares para llamar por teléfono a larga distancia. Aunque ahora parezca increíble, solo una minoría contaba con teléfono fijo. Más de una generación vivió el Año Nuevo con la esperanza de ver al ser amado, mientras de lejos ellos intentaban regularizar sus papeles migratorios en busca de obtener la ansiada residencia.     

El fin del mundo


Antes, los festejos eran diferentes a lo que se ve en la actualidad. Pero hubo un año en que el festejo estuvo acompañado de tensión, curiosidad y, en muchos casos, hasta de pánico. La llegada del año 2000 traía consigo una serie de profecías, leyendas y supersticiones ligadas al fin del mundo. 

El mundo estaba atento a lo que pasara en las Islas Carolina, en Oceanía, cuyos pobladores serían los primeros en recibir el año nuevo y, según las creencias, sería la primera población en desaparecer por los efectos que traería la llegada del nuevo milenio. Todas estas creencias contrastaban con los avances tecnológicos de la época y hacían ver al “fin del mundo” como un chiste de mal gusto.

¿Y qué pasa en el resto del mundo? 


En Sydney, Australia el cielo se ilumina con más de 80 000 fuegos artificiales que se encienden ante más de un millón y medio de asistentes. En Valparaíso, Chile reciben a más de dos millones de visitantes para apreciar el espectáculo pirotécnico más extenso del mundo: 30 kilómetros sobre toda la bahía mapocha. 

En Copacabana, la playa más famosa de Río de Janeiro, hay tanta gente que no se puede ver el mar, salvo el reflejo en el fondo del océano originado por los cientos de kilos de pólvora encendidos en el cielo de Brasil. 

Año Nuevo

En Nueva York, la celebración se concentra en el Times Square, cuyas luces de neón y la pirotecnia simulan, con mucha facilidad, la luz del día.

En Paris, Francia se acostumbra que la gente se bese bajo la planta del muérdago a la medianoche, para asegurar las buenas vibras amorosas en lo que viene del año. 

En el 2014 los fuegos artificiales arrojados en Dubái quedaron registrados en el Libro Records Guinness, ya que en seis minutos se encendieron 450 mil fuegos artificiales desde 400 puntos esparcidos en la conocida ciudad de Emiratos Árabes Unidos.

A pesar de las distintas costumbres de las muchas culturas, hay elementos en común que unen a todas las sangres, como la cena de fin de año, los profesionales que nunca descansan (policías, periodistas, médicos, taxistas, bomberos), los abrazos cargados de buenos deseos y la continua esperanza por un futuro mejor.

Muchas personas consideran, a este día, como un nuevo inicio. Como una oportunidad que Dios les brinda a todos para hacer lo que en el año anterior no se hizo. Un volver a empezar. "El ayer es historia, el mañana es un misterio, pero el hoy es un obsequio, por eso se llama presente" decía el maestro Ooway. Así que, de parte de todos los que trabajamos diariamente en la Agencia de Noticias Andina, ¡tengan todos un feliz año 2020!

Más en Andina:

(FIN) LIQ/RES

Publicado: 27/12/2019