Dos características distinguen a los Dulanto Morales, una familia de cinco integrantes, asentada en el puerto de Chancay, en la provincia limeña de Huaral: el orgullo por su tierra y la certeza de que la educación es el barco que conduce al éxito.
Carlos Dulanto, docente de la Carrera Pública Magisterial destacado en el colegio Juan Pascual Pringles, se ha dedicado durante décadas a la enseñanza de ambas ideas, tanto en clases como el hogar. Por ello, fueron pocos los que se sorprendieron cuando Sebastian, el segundo de sus tres hijos, se alzó con el primer puesto del concurso Beca de Excelencia Académica para Hijos de Docentes (BEAHD) 2019.
“Mi papá no deja de ser maestro ni siquiera cuando está en casa. Y eso es muy gratificante, ya que todo lo bueno que tengo se lo debo a su ejemplo, así como al que me brinda mi mamá. Ellos me han inculcado responsabilidad, me enseñaron a distribuir mis tiempos, a ponerle todo mi empeño a las actividades que realizo. Cada una de estas enseñanzas me ha servido para ingresar a la universidad y, por supuesto, para ganar la beca”, cuenta Sebastian, quien a sus 17 años cursa el segundo ciclo de la carrera de Ingeniería Electrónica, en la Universidad Nacional Mayor de San Marcos.
Dirigida a los jóvenes talentos cuyos padres son docentes de la Carrera Pública Magisterial, el concurso anual BEAHD busca la revalorización y el bienestar de estos profesionales, imprescindibles para la mejora constante de la educación pública.
Así, el apoyo que el Estado brinda a los hijos de estos profesionales les permite iniciar estudios superiores en las mejores universidades e institutos del país, con la seguridad de que todos sus gastos estarán cubiertos hasta el término de sus carreras.
Para la convocatoria 2019, una de las novedades que introdujo el concurso, a fin de hacerlo más inclusivo, fue la participación de talentos que, como Sebastian, ya habían iniciado estudios en el primer semestre del año y destacaban en sus facultades por su alto rendimiento.
“Desde el primer día de clases se hizo evidente que, así esté estudiando en una universidad pública, los gastos en transporte, alimentos y libros iban a ser fuertes. Por eso, ni bien me comentaron que gracias a la profesión de mi papá podría ganar una beca, no lo pensé dos veces y me preparé a conciencia para el examen”, explica el joven, bajo la atenta mirada de don Carlos, quien lo acompañó durante largas noches y madrugadas, repasando libro tras libro.
Inspirar con el ejemplo
“La disciplina es la base para todo, y sobre esta base se asienta la responsabilidad. Lo digo constantemente, en clase como en casa. Y para demostrarles a mis alumnos y a mis hijos que cuando somos disciplinados el tiempo nos alcanza para todo, les muestro mis apuntes de todo lo que estudio para seguir ascendiendo en la Carrera Pública Magisterial”, precisa don Carlos.
Orgulloso de los logros de Sebastian, don Carlos se ha convertido en un vocero espontáneo de las becas que ofrece el Estado peruano, a través del Programa Nacional de Becas y Crédito Educativo (Pronabec) del Ministerio de Educación.
“¿Qué mejor ejemplo para las nuevas generaciones de Chancay que lo está viviendo mi hijo como becario? Hay que fomentar que nuestros jóvenes pierdan el miedo a soñar en grande, y sobre todo a confiar en que, si perseveran, sus capacidades llegarán a ser reconocidas”, expresa finalmente.
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