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Sucursales del edén: visita estas áreas naturales protegidas aptas para recibir turistas

Desde mayo se levantaron las restricciones de aforo a estos espacios, aunque cumpliendo el protocolo sanitario

La Reserva Nacional Pacaya Samiria, ubicada en la región Loreto, es una de las 25 áreas naturales protegidas del país aptas para recibir turistas. ANDINA

La Reserva Nacional Pacaya Samiria, ubicada en la región Loreto, es una de las 25 áreas naturales protegidas del país aptas para recibir turistas. ANDINA

06:00 | Lima, set. 11.

La reactivación turística en nuestro país priorizó los protocolos sanitarios como requisito indispensable para la reapertura progresiva de los diversos destinos, empezando por las áreas naturales protegidas. Y desde mayo de este año se levantaron las restricciones de aforo para visitar estas auténticas sucursales del paraíso ubicadas en las regiones.

El resultado de esta saludable medida es que las áreas naturales protegidas lideran la reactivación turística en nuestro país. De acuerdo al Servicio Nacional de Áreas Naturales Protegidas por el estado (Sernanp), un total de 511,925 personas han visitado estos cautivantes espacios en lo que va de este año.

El Sernanp destacó que esto evidencia una tasa de crecimiento promedio del 20 % mensual desde su reapertura y permite estimar que al 2025 se tendría una recuperación progresiva de visitas llegándose a superar los 3.5 millones de turistas.

Naturalmente seguros

El citado organismo detalló que estas personas amantes de la naturaleza han visitado las 25 áreas naturales protegidas habilitadas para recibir viajeros porque han implementado los protocolos necesarios contemplados en la estrategia de bioseguridad "Naturalmente seguros" para hacer frente a la pandemia de covid-19.

Explicó que desde el 2020 se puso en marcha esta estrategia de bioseguridad que implementa en las áreas protegidas las medidas necesarias para posicionar al turismo de naturaleza como la alternativa más segura en el contexto de la pandemia.

Visitar las áreas naturales protegidas es vivir una experiencia única e inolvidable apreciando lugares de espectacular belleza paisajística, que albergan una enorme diversidad de flora y fauna, así como poblaciones oriundas herederas de una riqueza cultural que debe preservarse.

Asimismo, permite descubrir las comunidades locales que habitan en estas en las inmediaciones de las áreas protegidas y sus zonas de amortiguamiento, las cuales se benefician del turismo, revalorando y protegiendo sus recursos naturales y culturales, cuyo aprovechamiento sostenible constituye un eje del desarrollo para estas poblaciones locales.

A continuación, conoce las áreas naturales protegidas que se encuentran aptas para recibir turistas.

Reserva Nacional de Paracas


A cuatro horas al sur de Lima por vía terrestre, se encuentra la Reserva Nacional de Paracas, donde se conservan y anidan numerosas especies de aves residentes y migratorias, tortugas marinas, lobos marinos y delfines. 


Experimente el placer de caminar por la orilla de sus playas cubiertas con fina arena y sentir el sonido y la fuerza de los vientos Paracas. Este desierto, que aparenta quietud y calma, esconde vida que habita entre el mar y la arena, como las colonias de pingüinos, coloridas bandadas de parihuanas o flamencos, las bulliciosas gaviotas, entre otras especies.


Al igual que el Santuario Lagunas de Mejía, la Reserva Nacional de Paracas es un sitio Ramsar por ser un lugar clave de descanso y alimentación para especies migratorias. No deje de enriquecerse con esta experiencia ecológica degustando deliciosos platos marinos, como las emblemáticas conchas de abanico y el cebiche, cuyos ingredientes básicos se obtienen en la Reserva Nacional de Paracas: otra razón más para conservar su mar y desierto.

Parque Nacional Huascarán


Ubicado en la cordillera tropical más alta del mundo, la Cordillera Blanca, el Parque Nacional Huascarán sobresale por sus montañas nevadas y lagunas altoandinas, que lo posicionan como un atractivo internacional ideal para el turismo de aventura. 


Debe su nombre al célebre nevado Huascarán, el más alto del Perú y el quinto más alto del hemisferio occidental, con una altura de 6,768 metros. El impresionante paisaje montañoso es el atractivo central del Parque, donde crece la imponente Puya Raimondi, descubierta y bautizada por el célebre botánico italiano Antonio Raimondi. Esta especie puede llegar a crecer hasta 12 metros de altura y produce racimos de hasta 8,000 flores y 6 millones de semillas por planta.


Y si de deportes se trata, se puede dar rienda suelta a la adrenalina visitando los circuitos de aventura más importantes: trekking, bicicleta de montaña, escalada en hielo y roca, práctica de esquí en Vallunaraju Rurec y Copa, la zona de recreación del nevado Pastoruri. De lo contrario, puede relajarse con un apacible paseo en bote en la Laguna Chinancocha (Quebrada de Llanganuco-Yungay) y en la Laguna Purhuay (Huari).


El Parque Nacional Huascarán fue declarado Reserva de Biósfera e incluido en la Lista de Patrimonio Natural de la Humanidad de la Unesco y Área Importante para la Conservación de Aves, reconocimiento otorgado por la BirdLife International y Conservation International.  

Parque Nacional Tingo María


Ubicado a 12 horas desde Lima, esta área protegida alberga una hermosa cadena de montañas conocida como la Bella Durmiente, que asemeja la silueta de una joven doncella que descansa sobre la hierba.



Este impresionante destino nos invita a ingresar en su frondosa vegetación selvática con su complejo sistema de cavernas subterráneas, en que la más famosa es la Cueva de las Lechuzas, habitada mayormente por murciélagos y guácharos, uno de los mayores atractivos del Parque Nacional Tingo María. 


En el recorrido podremos deslumbrarnos con las enigmáticas formaciones rocosas, grutas, galerías y los diversos arroyos de agua dulce en relajantes caminatas bajo un cielo tropical de color azul intenso y el cautivante verdor de los bosques amazónicos.


Parque Nacional Yanachaga Chemillén

Esta área protegida se extiende sobre la cordillera Yanachaga, en la vertiente oriental de los Andes. Sus ecosistemas de Selva Baja, Selva Alta y Puna Húmeda, albergan más de 5,000 especies de plantas que representa al 25% de la diversidad de flora del Perú, de las cuales aproximadamente unas 600 son orquídeas. Asimismo, existen árboles amazónicos emblemáticos como el cedro, ulcumanu, tornillo, nogal y shihuahuaco. 


En cuanto a fauna destacan el oso de anteojos, la nutria de río, el jaguar u otorongo, la sachavaca o tapir, el venado rojo, el venado enano, el mono choro, el gallito de las rocas o tunqui, el relojero, el quetzal de cabeza dorada, el paujil y el águila harpía. 


En el lado occidental del área protegida se cuenta con tres lugares para disfrutar de la naturaleza. El sector Huampal, donde se encuentra el cañón más profundo de Selva Central, ideal para observar la maravillosa danza de los gallitos de las rocas.


También está el sector de San Alberto, caracterizado por su bosque de neblina, excelente lugar para el avistamiento de aves como el quetzal de cabeza dorada, el tucán andino y diversas especies de colibrís. 


Otro sector es San Daniel, caracterizado por tener una laguna rodeada de orquídeas, un bosque achaparrado y un pajonal, especial para la observación de aves, ubicado a 2400 metros sobre el nivel del mar. En el sector Paujil, ubicado en el lado oriental donde predomina el bosque amazónico, es perfecto para la observación de fauna como tapir o sachavaca, venado rojo, nutria de río, mono choro, el coatí, el lagarto enano y diversas especies de aves. 


En las zonas aledañas al Parque Nacional Yanachaga Chemillén se puede apreciar costumbres y tradiciones de la etnia Yánesha y de los colonos descendientes de pioneros austroalemanes.

Santuario Histórico Bosque de Pómac


Se trata de un bosque seco biodiverso, cuna de historia preinca y naturaleza viva hasta nuestros tiempos. La cultura Sicán dejó en Pómac una huella imborrable de su riqueza cultural. 


Esta área protegida alberga casi 6,000 hectáreas de bosques de algarrobo, especie endémica de la costa norte peruana. Durante el recorrido podemos conocer el lazo existente entre esta cultura y su entorno natural, dos elementos que se unen para crear un paisaje cultural único, que comprende, además, diversas especies de aves endémicas y la mayor cantidad de pirámides prehispánicas de Sudamérica. 


Según la lengua muchik, Sicán significa “casa o templo de la luna” y fue una cultura de la costa norte del Perú, que se desarrolló entre el 900 y 1,100 d.C. cuya capital se estableció en la zona de Pómac. 


Al ingresar a la zona arqueológica, se puede apreciar a más de veinte pirámides de adobe distribuidas en un área de 45 kilómetros cuadrados, así como las tumbas de la élite Sicán, la mayor parte de ellas enterradas al pie de las pirámides.


En el bosque es imperdible la visita al mirador Las Salinas, desde donde se tiene una vista panorámica del bosque seco, las pirámides e incluso el curso del río La Leche. También conocer la casa de Karl Weiss (pionero de la actividad apícola en la región), el algarrobo con más de 500 años de antigüedad y de forma caprichosa, al que los lugareños atribuyen milagros y leyendas. También puede apreciarse la huaca Las Ventanas, una pirámide trunca de adobe con más de 10 metros de altura y que forma parte del Complejo Arqueológico Sicán, en donde se descubrió el famoso “Tumi” o cuchillo ceremonial de oro puro. 

Reserva Nacional Lago Titicaca


Próxima a cumplir 43 años de creación como área natural protegida por el Estado, la Reserva Nacional Lago Titicaca conserva una gran biodiversidad, apoya el desarrollo socioeconómico de la región Puno y mantiene las tradiciones culturales de las comunidades que habitan las inmediaciones del lago más alto del mundo.


Creada oficialmente el 31 de octubre de 1978, mediante Decreto Supremo N° 185-78-AA, la Reserva Nacional del Titicaca está ubicada en las aguas continentales del Lago Titicaca, en las inmediaciones de las provincias de Puno y Huancané del departamento de Puno, a una altitud promedio de 3,810 metros sobre el nivel del mar. 


Tiene una extensión de 36,180 hectáreas. La totalidad del lado peruano del lago Titicaca ha sido reconocida por la Convención Ramsar, el 20 de enero de 1997, considerándose como un Humedal de Importancia Internacional, especialmente como hábitat de aves acuáticas.


En el interior del lago se han establecido tres zonas: el lago Mayor o de Chucuito (con la máxima profundidad de 283 metros); el lago Menor o Wiñaymarca; y la bahía de Puno. El lago tiene cinco ríos tributarios principales: Ramis, Huancané, Coata, Ilave y Suches. La única descarga de sus aguas se efectúa a través del río Desaguadero (lo que representa solo el 9% del total), mientras el resto se pierde por evaporación. La temperatura de sus aguas varía entre 11° y 14° C.


Específicamente, la Reserva Nacional del Titicaca está ubicada en las aguas del lago Titicaca en dos sectores que no tienen continuidad física: el sector Ramis, con 7,030 hectáreas y que está ubicado en la provincia de Huancané, la cual incluye una zona de totoral y una parte pelágica en la margen derecha de los ríos Ramis y Huancané; y las lagunas de Yaricoa y Sunuco, en la margen izquierda del río Huancané. 


El otro sector es Puno, con 29,150 hectáreas, ubicado en la provincia del mismo nombre y que abarca diversos totorales comprendidos entre la isla Estévez y la península de Capachica. Gran parte de las conocidas islas flotantes de los Uros se ubica dentro de la reserva, mientras que otras colindan con ella. Asimismo, muchas de ellas están preparadas para recibir visitantes, mientras que otras permanecen solo con fines de vivienda. 


En la actualidad, muchos de sus pobladores se dedican al turismo y al negocio de las artesanías, actividades a las que han sumado la pesca y caza tradicionales, con lo cual   conservan su ancestral vínculo con los recursos naturales que el lago brinda, convirtiendo esta zona en uno de los potenciales turísticos más importantes de la reserva.


Las comunidades campesinas se han organizado para formar diversos Comités de Conservación, los cuales tienen guardaparques voluntarios que ordenan el uso de los recursos y apoyan en el control y vigilancia de la Reserva Nacional Lago Titicaca. Asimismo, dan cuenta a la asamblea comunal y al personal del área sobre actividades que ponen en riesgo la integridad de la zona protegida.

La Reserva Nacional Lago Titicaca es uno de los cinco destinos turísticos del Perú reconocidos con la Jerarquía 4, la máxima distinción que ostenta un recurso turístico en el mundo. De esta manera, se suma a Machu Picchu, las Líneas de Nasca, el Valle del Colca y el río Amazonas, atractivos que poseen también ese distintivo.

Santuario Nacional de Huayllay


Se ubica en el distrito de Huayllay, en la provincia y departamento de Pasco, a una altitud entre 4,100 y 4,600 metros sobre el nivel del mar.


Creado oficialmente como área natural protegida por el Estado el 7 de agosto de 1974, el Santuario Nacional de Huayllay tiene una extensión de 6,815 hectáreas. El 90% de las formaciones rocosas que se encuentra en el lugar es de origen volcánico y forman un bosque de rocas de gran belleza y singularidad.


La principal atracción es la forma de animales que tienen varias de las rocas en el lugar. Así, se encuentran figuras como la de la cobra, el elefante, el oso, el pez, el caracol, la tortuga, la alpaca pastando, entre otras.


Este conjunto de formaciones de piedra, de diverso tamaño, se encuentran en medio de la planicie más alta del país, la meseta de Bombón. La zona posee además numerosos vestigios arqueológicos, como las pinturas rupestres diseminadas en toda el área, las cuales suman más de 500 unidades y dan cuenta de una antigua relación entre el hombre y este singular ecosistema. Enriquecen el paisaje varias hermosas lagunas y fuentes de aguas termales.

El Santuario Nacional de Huayllay es uno de los mejores museos geológicos del mundo. Por su extensión y tipo de formación es tan interesante como el Jardín de los Dioses, en los Estados Unidos o el Bosque de Piedras de Shilin, en la República Popular China. 


Fauna y flora


Las aves son el grupo que mayor número de especies presenta el Santuario, siendo las más comunes el lique-lique, la gaviota andina, el pito, el yanavico y el plomito pequeño. Los mamíferos se encuentran representados por el cuy silvestre, el venado o taruca, la vizcacha, el zorrino o añas, el zorro andino, la vicuña, el gato montés y varias especies de ratones.


La fauna ictiológica está representada por la chalgua y el bagre, los anfibios por varias especies de sapos, mientras que entre los reptiles solo hay una especie de lagartija del genero Liolaemus.

Por su parte, la flora está representada principalmente por pajonales, comúnmente conocidos como ichu, de importancia para la alimentación de los rumiantes y equinos. También se encuentra varias especies nocivas e invasoras como las gramíneas almohadilladas, de características punzantes.


En los ríos y lagunas se obtiene también especies acuáticas emergentes y sumergidas, con valores alimenticios para la fauna, y en las zonas húmedas y bofedales crece el pasto estrella, de donde los pobladores obtienen, como costumbre ancestral, la turba o “champa” que utilizan como combustible. La única especie arbórea en el Santuario es la queñua.

Rutas turísticas


En el Santuario Nacional de Huayllay se han establecido hasta 11 circuitos turísticos que comprenden las visitas a las formaciones rocosas más distintivas y que presentan diferentes grados de exigencia en función a la altura.

Otro punto importante para visitar son los baños termales de Yanatuto, conformados por dos pozas. Una natural en lo alto de una pendiente rocosa y la otra construida debajo, rodeada de farallones y del paisaje. Se accede a ellas por una trocha carrozable hasta el sector Siete Llaves, y luego una caminata de 15 minutos. Es posible acampar en la zona, previa coordinación con la jefatura del área.

Turismo en áreas naturales protegidas


El Servicio Nacional de Áreas Protegidas por el Estado (Sernanp) sostiene que el turismo es un medio para alcanzar los objetivos primarios de conservación, recreación y educación, y para promover el desarrollo sostenible de las poblaciones locales.

Indicó que, por ello, el impulso al turismo en las áreas protegidas se ha convertido en una de las mejores estrategias de conservación por su bajo impacto en el medio y por crear un efecto multiplicador en las economías locales. Asimismo, el turismo genera mayor conocimiento del valor de las áreas protegidas en la ciudadanía mediante la sensibilización en el destino visitado.

(FIN) LZD/MAO

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Publicado: 11/9/2021