Hoy domingo 27 de enero se cumplen cinco años del histórico fallo de la Corte Internacional de Justicia (CIJ) de La Haya, que llevó a poner punto final a la controversia marítima entre Perú y Chile, y que permitió al país delimitar su última frontera pendiente.
El juicio en La Haya comenzó el 16 de enero de 2008, con la presentación de la demanda peruana, en la que solicitaba a la CIJ delimitar la inexistente frontera marítima con Chile, en busca del ejercicio de derechos soberanos en los espacios marítimos de acuerdo al derecho internacional.
Chile, por su parte, consideró la demanda como un acto inamistoso, y alegaba que los límites marítimos bilaterales ya habían sido fijados en tratados suscritos en la década de 1950.
Por parte del Perú, el agente designado ante la CIJ de La Haya fue el
excanciller Allan Wagner, mientras que por el lado de Chile fue el abogado y diplomático, Alberto van Klaveren.
El equipo jurídico del Perú estuvo integrado por juristas internacionales como Alain Pellet, Vaughan Lowe, Sir Michael Wood y Rodman Bundy, quienes coordinaron la estrategia de defensa de la causa peruana con Allan Wagner y con el coagente José Antonio García Belaúnde.
Los mandatarios de la época (Ollanta Humala, por Perú; y Sebastián Piñera, de Chile) habían expresado en más de una ocasión su compromiso de respetar el fallo final e inapelable del tribunal internacional, presidido por aquel entonces por el eslovaco Peter Tomka.
La sentencia estableció un límite marítimo entre el Perú y Chile. Chile defendía un límite marítimo en el paralelo, que se inicia en el Hito 1, indefinido, inclusive más allá de sus 200 millas.
Los espacios marítimos adjudicados al Perú comprenden un área equivalente a la superficie terrestre de países como Costa Rica o Eslovaquia, y en la actualidad el país ejerce sobre ella derechos soberanos exclusivos, de acuerdo al derecho internacional.
El punto de inicio de la frontera marítima es la intersección del paralelo que pasa por el Hito 1 con la línea de baja marea, luego sigue el paralelo hasta la milla 80. Desde este punto se procedió a establecer una línea equidistante de acuerdo al criterio planteado por el Perú en el área de superposición de los espacios marítimos de ambos países.
El proceso ante la Corte Internacional de Justicia se refirió al establecimiento de un límite marítimo entre los dos países. El límite terrestre entre el Perú y Chile fue establecido por el Tratado de Lima de 1929. El artículo 2 de dicho tratado señala que el punto de inicio de la frontera terrestre es el Punto Concordia.
Tras el fallo, el entonces presidente Ollanta Humala celebró que Perú ganara 50,000 kilómetros de espacio marítimo que no tenía, lo que representaba un 70% de la demanda peruana, mientras que su par chileno, Sebastián Piñera, alegó que la CIJ confirmaba en lo sustancial la posición chilena.
El contencioso trascendió el ámbito estrictamente jurídico, cuando en julio de 2012 los escritores Mario Vargas Llosa, por Perú; y Jorge Edwards, por Chile, emitieron en Madrid el “Llamado a la concordia”, documento en el que pidieron la paz entre ambas naciones.
Perú y Chile demostraron al mundo que se puede hallar mecanismos de solución pacífica de controversias, a través de la jurisprudencia internacional, e incluso se afirma que la CIJ usó el proceso y la posterior ejecución del fallo como un modelo de cómo implementar sus sentencias sobre temas marítimos.
(FIN) SMA
JRA
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Published: 1/27/2019