Se dice que el cáncer de mama es uno de los mayores agresores del género femenino. El calificativo es acertado, pues se trata de la neoplasia maligna más habitual en las mujeres de todo el mundo y la principal causa de muerte por cáncer en las mujeres peruanas.
Las cifras de cómo aumenta
esta enfermedad no son alentadoras —en el país se registran
5,000 casos nuevos cada año— y es probable que toda mujer se haya preguntado alguna vez:
¿Es posible hacer algo para evitar el cáncer de mama?
“Eliminar los factores de riesgo que conducen a desarrollar una tumoración maligna en la mama no es menos importante que el despistaje médico”, afirma el médico ginecólogo del Instituto Médico de la Mujer, Herbert Lázaro.
“Solo el 5% de casos de cáncer de mama están asociados a un antecedente familiar, lo cual nos indica que en el 95% restante existen factores ambientales y nutricionales involucrados”, agrega.
1) Exceso de azúcares refinados:
Estudios científicos descubrieron la estrecha relación entre el aumento del cáncer de mama y el sobrepeso, el cual se da por un excesivo consumo de azúcares.
Si bien tenemos azúcares naturales, que vienen acompañados de fibra y nutrientes esenciales para el cuerpo, también existen los azúcares simples —contenidos en los jugos procesados y gaseosas, en los alimentos en polvo y harinas, pan, arroz y pastas blancas— que no aportan nutrientes y, al no tener fibra que los detenga, ocasionan aumentos bruscos en la sangre.
Como respuesta, el páncreas comienza a producir insulina, una hormona capaz de convertir los excesos de azúcares en grasa. Sin embargo, a mayor consumo de azúcar, mayor será la producción de insulina, promoviendo el crecimiento del cuerpo para que éste pueda seguir almacenando la grasa.
“Y aquí está el problema, que también se sobre estimula el crecimiento distorsionado de ciertos tejidos como el de la mama y, a la larga, lo hace susceptible a la aparición de tumores malignos”, explica Lázaro.
El médico recomienda una dieta equilibrada en fuentes nutricionales de azúcares naturales, como las menestras, los vegetales y la fruta entera, además de una adecuada rutina de ejercicio físico.
2) Sobreexposición a la luz artificial nocturna:
La aparición del cáncer de mama está también asociada a una mayor exposición a la luz artificial nocturna. Estudios demostraron que mujeres que trabajan rutinariamente de noche, así como las que viven en ciudades muy iluminadas, tiene un mayor riesgo de adquirir esta enfermedad. ¿A qué se debe esto?
“Cuando aparece la noche, los mecanismos que reprimen a la glándula pineal se liberan y ésta comienza a producir grandes cantidades de melatonina, la cual impregna todas las células para inhibir su replicación, inclusive de las células neoplásicas anormales. Esta hormona está prácticamente ausente durante la exposición a la luz ya sea natural o artificial”, explica el especialista del Instituto Médico de la Mujer.
Según el médico ginecólogo, la mejor manera de evitar una disminución de la actividad de la melatonina es procurar, la mayoría de días, dormir a partir de las 10 pm y por 8 horas.
“Muchas veces, la capacitación académica, el rol laboral, la actividad física y la socialización se concentran durante estas horas, pero tener presente que estos hábitos no se deben mantener por muchos años, dados sus riesgos, es muy importante”, puntualiza Lázaro.
3) Bajos niveles de vitamina D:
Según investigaciones, las mujeres con niveles bajos de vitamina D presentan un riesgo mayor de padecer cáncer de mama, ya que esta cumple una importante función en el control del crecimiento celular normal y tiene la capacidad de detener el incremento de las células cancerígenas.
La mayor fuente de vitamina D la encontramos en la exposición a la luz solar; periodos cortos de 15 minutos 3 veces por semana pueden proporcionar más que la cantidad recomendada. Alimentos como los pescados grasos (atún, salmón, caballa, etc.) y huevos contienen importantes cantidades de esta vitamina.
“En el Instituto Médico de la Mujer estamos seguros de que no solo la detección y evaluación periódica del tejido mamario es importante sino que, por encima de ello, es también muy importante la modificación de factores de riesgo que a veces no se advierten, como los mencionados anteriormente”, finaliza el médico ginecólogo.
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(FIN) NDP/LIT
Published: 10/18/2018