El representante de Unicef en el Perú, Paul Martin, saludó hoy los esfuerzos que realiza el Estado peruano para lograr que las niñas y adolescentes de áreas rurales accedan a las mismas oportunidades de desarrollo que se dan en las zonas urbanas.
“Las niñas y adolescentes que viven y estudian en zonas rurales están en desventaja frente a sus hermanos varones y compañeros de clase, pero también en relación a sus congéneres que viven en áreas urbanas. Cerrar esas brechas las beneficiará a ellas y a todo el país”, precisó.
Señaló que es prioritario asegurarles educación de calidad y pertinente para que culminen exitosa y oportunamente la educación primaria y secundaria, y así tengan posibilidades de romper el círculo de pobreza y exclusión.
“Con la incorporación del enfoque de género en el currículo escolar y la educación intercultural bilingüe, el Estado peruano está revirtiendo estas inequidades, pero la tarea no es nada fácil”, comentó.
Paul Martin detalló que la sobrecarga de labores domésticas, el embarazo adolescente, la violencia familiar, maestros que no hablan la lengua de las niñas, la desvalorización y el acoso sexual, son algunos de los factores que en comunidades rurales alejan a las niñas y adolescentes de las aulas.
Según señaló, mientras que en las zonas urbanas 89 de cada 100 niñas culmina la primaria antes de los 14 años, en las áreas rurales apenas lo han podido hacer 75 de cada 100.
Martin también recordó que el embarazo adolescente es más frecuente entre las adolescentes que no han podido acceder a la escuela secundaria. Se sabe que 35% de las madres adolescentes peruanas sólo estudió primaria, mientras que la maternidad entre las chicas que cursa educación superior es de 4.5%.
Otro factor que interfiere en el proceso educativo de las niñas y adolescentes rurales es la violencia en sus diversas manifestaciones. “Se sabe que 5 de cada 10 padres y madres golpean a sus hijas e hijos para corregirlos. Para estas niñas la escuela debe convertirse en un espacio de protección y prevención de la violencia, no se puede tolerar que en ellas encuentren más violencia física, verbal o sexual”, anotó.
Finalmente, expresó su confianza en que los esfuerzos del Estado contribuyan a que las niñas y adolescentes de hoy puedan cumplir su proyecto de vida, ejercer todos los derechos contemplados en la Convención sobre los Derechos del Niño y aportar cada vez más al desarrollo del país.
(FIN) NDP/RRC