08:01 | Lima, oct. 12 (ANDINA).
En su país, Ecuador, lo consideran el “Amauta del canto, la poesía y la palabra”. Enrique Males, de 66 años, padre de seis hijos, abuelo de siete, tiene el hablar pausado, pero cuando canta, su voz se hace profunda, como si convocara en su garganta a espíritus precolombinos.
El mundo prehispánico está muy presente en su trabajo, sobre todo desde 1980, cuando lo llamaron a inaugurar un museo en su país con un espectáculo en el que tocaría instrumentos precolombinos. Desde entonces, estos sonidos milenarios han formado parte de su trabajo.
Por los caminos de América
Sin embargo, el artista lleva cuatro décadas de trayectoria y 22 producciones musicales desde 1969, cuando registró su primer disco, en Chile, en plena época de la Unidad Popular, de Salvador Allende... Desde entonces, le queda la amistad con Inti Illimani y Quilapayun, entre otros grupos. Es que la influencia de la nueva canción chilena procreó nuevos artistas en diversos puntos de América Latina.
“Fui una persona muy inquieta”, comenta Males, cantautor nacido en Imbabura, cercana a la comunidad nativa de Otavalo, pero radicado en la ciudad de Ibarra. Empezó con un dúo de nueva ola; luego, con un trío de música tradicional. Ha colaborado con el Ballet Nacional del Ecuador, con el grupo Altiplano de Chile y fue uno de los fundadores, hace 31 años, del afamado grupo tradicional Ñanda Mañachi.
“Este conjunto convocó a músicos de diversas comunidades ‘quichuahablantes’, donde el único indígena urbano fui yo”. Gracias a esta etapa, recobró las costumbres y el idioma “quichua”. Después, empezó a componer canciones y a crear poemas en el idioma de sus padres, también a musicalizar a diversos poetas consolidados y jóvenes.
Este ha sido un año muy productivo para Males y ha producido tres discos. Entre ellos, el documental sobre su vida, dirigido por el cineasta Carlos Naranjo, Enrique Males, Amauta del canto y la armonía, en el que musicaliza a diversos poetas, entre ellos a la cusqueña Chaska Anka Ninawaman.
Tiene un compromiso personal por la reivindicación social, cultural y política de los pueblos indígenas. “Soy consciente de nuestra realidad difícil, pero no es solo el aspecto indígena de lo que hablo, sino de temas globales: la Tierra está contaminada. Y los habitantes desconocen que llegará una época donde no dé más”.
Aunque todavía hay kilómetros para igualar inversiones en cultura tradicional como ocurre en México, ve un apoyo saludable y nuevo al arte nativo en su país. ¿Un síntoma? Este año cantó en “quichua” junto a la Orquesta Sinfónica de Ecuador.
Se lamenta, en cambio, de que en el Perú y Ecuador se conozca muy poco de las propuestas artísticas recíprocas. “Lastimosamente, han puesto fronteras a nuestros pueblos”. Falta ahí un camino por hacer, abrir los oídos a la música de ambos países.
Datos
Cantos y cuentos de paz. Se denominó el espectáculo que presentó junto a Tito La Rosa el miércoles 7 en el Centro Cultural Ccori Wasi de Miraflores.
El jueves 8, ofreció en solitario el concierto Kaipimi Kanchik (Aquí estamos), en el Centro Cultural de España, en Santa Beatriz.
La visita de Males es posible gracias a la embajada del Ecuador y la Asociación Conciencia Ecológica, en el marco de las celebraciones por el Bicentenario del Primer Grito de Independencia del Ecuador.
El músico visitó por primera vez el Perú en 1972. Volvió en 1986 para presentarse en la plaza de Acho, junto a Silvio Rodríguez, Pablo Milanés e Inti Illimani, en el festival CICLA.
(FIN) DOP
Publicado: 11/10/2009