Si existe una figura de nuestra escena nacional que ha llevado una carrera en diversos espacios esa es Marisela Puicón. Dueña de una belleza enigmática, la actriz y cantautora peruana no deja de sorprendernos y, desde hace dos años, decidió compartir todo lo aprendido en las artes, por medio de Alma Libre, escuela de artes escénicas donde se condensan diversas disciplinas en la búsqueda de cimentar el arte peruano y colocarlo en un alto sitial.
–Dos años al frente de Alma Libre te hacen ver el panorama de las artes escénicas de una manera distinta. ¿En qué ha cambiado tu visión?
–Definitivamente, te da una nueva óptica. Las artes escénicas son de gran importancia en la formación integral del ser humano. Gracias a ellas podemos sustentar que la personalidad se desarrolla basada en ese conocimiento de una manera sólida y consciente. Así logramos seres más felices y seguros; más comunicativos y expresivos al hablar. Quien se forma por medio de las artes escénicas, sin duda va a liderar y transformar su entorno.
–Mucho se dice que el tener un gran potencial es más que suficiente, ¿por qué es importante formarse?
–Soy una convencida de que el talento sin una base de conocimientos no basta. El estudio existe justamente para otorgarte la base del desarrollo de ese talento extraordinario que puedas poseer.
–Y eso se aplica para todo, no solo para el arte.
–Efectivamente. Estudiar te forma la parte cognitiva de la profesión a la cual deseas dedicarte, sea cual fuere. Ese cúmulo de información va a mejorar el talento que ya tienes contigo y te va a permitir abrirte paso y crear el camino hacia donde quieres llegar.
–¿Es difícil sacar adelante la enseñanza del arte en estos tiempos?
–Es difícil, pero no imposible. Creo que en este punto juegan mucho a favor el prestigio y la experiencia. El saber hacer, pero también sobre quién recae la responsabilidad de un emprendimiento. Afortunadamente, hay quienes en este país valoran y toman muy en cuenta este detalle importante. Eso, sumado a maestros en todo el sentido de la palabra que me acompañan, muchos de ellos de años trabajando a mi lado.
–Ahora en tu papel de formadora en artes escénicas, ¿qué es lo que debe aprender primero quien llega con su talento?
–La base de todo es conocerse a sí mismo. Ya que sin el autocontrol y autoconocimiento de las emociones es difícil poder relacionarte con los demás, y menos aún poder trabajar en equipo. El conocimiento de tus habilidades y competencias, sumado a tu talento, te abre muchas puertas. Por eso, los que no han alcanzado este punto podrán tener esa magia, pero habrá un momento en que no podrán avanzar más.
–¿Qué experiencia, de todo el camino recorrido, te ha servido en esta nueva faceta?
–Cada experiencia vivida ya sea en la música, teatro, cine, televisión y ahora el coaching ontológico me han brindado experiencias de todo tipo que he sabido atesorar. Quien no se vale de cada circunstancia vivida y, más aún, no la utiliza para tomarla como enseñanza recibida, solo experimenta una gran pérdida de oportunidad que la vida te regala.
–Y hoy, como formadora, siempre hay algo que entender y conocer.
–Para mí, cada día de clases a mis estudiantes es una experiencia maravillosa. Tanto que siento que soy yo quien termina transformada por cada uno de ellos. Y los que han decidido dedicarse a otros rubros, pero tienen el talento de artistas, deben saber que el arte se transforma,crece, se retroalimenta... y que un artista jamás muere.
–Y qué tal es trabajar con niños...
–Es increíble. Tanto en mis talleres de liderazgo y expresión oral como con mi taller de niños fusiono con el coach ontológico. De hecho, este año vamos a presentar un taller para padres, a fin de mejorar la comunicación con sus hijos. El arte cumple así ese maravilloso papel transformador que toda sociedad requiere, y si puedo aportar a ello, aquí me tienen.
Más es Andina
(FIN CFS/CFS
Publicado: 17/12/2018