En uno de los puntos más altos de Pasco se encuentra doña Carmen Cóndor de Martel, una mujer de 90 años que sacó adelante a su familia con la preparación de los platos más tradicionales de su departamento, alimentando las almas de miles de personas que han recibido un bocado de sus mágicas manos.
Todos los vecinos y turistas que han caminado por el centro poblado de Huaylasjircas, distrito de Yanahuanca, provincia de Daniel Alcides Carrión, han quedado cautivados por la sazón de la nonagenaria. Algunos dicen que sus recetas mantienen secretos ancestrales, otros murmuran que sus guisos son curativos, mientras los más pequeños dicen que su patasca reconforta el espíritu. Lo que es una realidad es que el don culinario de Carmencita fue heredado a su hija mayor, Narciza Martel Cóndor, de 66 años.
Carmen y Narciza no solo están unidas por su lazo sanguíneo, sino por el sabor que llevan en sus venas y la pasión que dejan en cada potaje. La matriarca de la familia Cóndor Martel recibió las recetas de su progenitora y así sacó adelante a sus hijos, demostrando su fortaleza y cómo una madre hace lo imposible para ver a los suyos con una sonrisa en el rostro. Empezó con el tradicional cuy picante y su ensalada de yuyo, luego avanzó con el culish puchero y la tradicional mazamorra de maíz, sabores que quedaron impregnados en la infancia de su descendiente mayor.
“Aunque me falla un poco la vista y los oídos, ya por mi edad, todo mi saber y sazón le enseñé a mi hija Narciza, desde muy pequeña le gustaba preparar lo que yo le hacía. De mis siete hijos, solo vivo con ella. Se ha convertido en mis manos, oídos y ojos. En todas las cosas que quiero hacer, me apoya”, afirmó Carmencita, quien no pudo evitar que unas lágrimas acaricien sus mejillas.
Para la sucesora del arte culinario en Pasco, Carmen es un tesoro, pues no solo le brindó todo el amor que necesitaba, sino porque también le enseñó a expresar sus sentimientos a través de la comida. “Cuando era niña me gustaba estar en mi casa, jugar a la cocinita, hacía bicharras (fogones) de barro. Los años pasaron y me di cuenta que mi hija era igual, ahora tiene 47 años y cocina fenomenal. Creo que esto está en nuestra sangre”, reflexionó.
El mejor regalo
A pocas horas del Día de la Madre, Narciza solo le pide a la vida tener más tiempo junto a Carmencita. “Aprendí todo de ella y estaré eternamente agradecida. Ahora no puede ver bien y eso me apena un poco, porque no quiero que se olvide cómo soy o la forma de su nieta mayor, que se parece tanto a ella. Solo estoy devolviendo todo el tiempo, amor y dedicación que mi madre me dio, creo que esos son los mejores regalos que podemos dar”, concluyó la heredera, no solo de un gran talento gastronómico, sino del amor que aún mantiene su hogar.
Secreto del cuy picante
Carmen y Narciza son usuarias de Pensión 65, programa que las impulsó a participar de los encuentros culturales de Saberes Productivos. A tal punto que la Municipalidad Provincial de Daniel Alcides Carrión las convocó para ser parte de un recetario de platos tradicionales. Las hijas de Huaylasjircas aprovecharon el momento para compartir el secreto del cuy picante. “Debemos tener carne de cuy, panca seca para sazonar, palillo al gusto, papas nativas y trigo”, detalló Narciza. “Ahora el secreto: piensen en quienes aman, empiecen a sazonar la carne con ajo y plantas aromáticas, y no se olviden hacerlo a leña”, sostuvo finalmente la matriarca del clan culinario.
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