Después de la experiencia desagradable de postular y no ingresar a la universidad, algunos jóvenes suelen sentirse confundidos, frustrados y hasta deprimidos, situación a la que deben estar atentos los padres de familia para brindar la debida contención.
Así lo expresó el psiquiatra Carlos Vera, del Hospital III de Emergencias Grau de EsSalud, quien dijo que la familia es el primer soporte para que los jóvenes puedan reponerse y postular nuevamente.
Dijo que por lo general los adolescentes que se preparan para ingresar a la universidad pasan por un período de estrés. “No solo llegan cansados, sino con una marcada carga emocional de los padres, así como profundo miedo al fracaso”.
Señaló que en este proceso de preparación se genera ansiedad, por lo que recomendó darles un tiempo para deshacerse de estos síntomas y del malestar que le provocó el no haber ingresado a la universidad.
“Muchas veces la idea de ingresar a la universidad es un medio para presumir ante la familia y amistades. Por ello, el resultado negativo es desconcertante y traumático para el postulante y sus familiares. Recordemos que los nervios, la angustia, la cantidad de postulantes, el miedo, la presión familiar y social influyen en una postulación”, remarcó.
El dolor, prosiguió, se incrementa cuando los familiares critican y maltratan consciente o inconscientemente al adolescente,
generándole depresión.
Recomendó a los padres brindar apoyo y soporte emocional a sus hijos, a fin de que mejoren su autoestima. También evitar comparaciones, evitar que estudien de madrugada e intercalar los estudios con diversión y el deporte.
Dijo que en caso que el adolescente presente síntomas de depresión o ansiedad, será necesario acudir a un especialista.
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(FIN) NDP/RRC